Por Mariana Ruiz
Desde que existen los reality shows se han vuelto contenido seguro para las televisoras (ahora streamers también) y vemos gran variedad de series. Éstas vienen en olas temáticas que fluyen desde el romance, viajes, borracheras, hasta concursos de habilidades y talentos.
La ligereza con la que logran desconectarnos de la realidad tiene otra connotación al momento de ser indulgentes. Por esto, hemos hecho un repaso de cómo esta etapa de pandemia ha afectado o se ve reflejada en estos amados/odiados programas.
Los que salieron del foro a una nueva realidad
“Gracias por habernos ofrecido un pequeño respiro de la actualidad y habernos permitido olvidarnos de todo por un rato”, así cerró la emisión de Big Brother Israel, cuando en su episodio final, los concursantes vieron una recapitulación de la locura que ha sido el 2020, en un video que se hizo viral por las reacciones de sorpresa que pudimos apreciar y que nos recordaron lo increíble que parece el escenario actual.
Lo mismo ocurrió en las versiones de Brasil, Alemania, Suecia y Canadá en las que participantes salieron de manera voluntaria, para seguir recluidos, pero de otra forma. También vimos a algunos favoritos nacionales suspender filmaciones, como Enamorándonos, que se adapta para siguientes emisiones con audiciones a distancia.
Los que ya estábamos viendo
Son muchas las producciones audiovisuales que fueron afectadas por los paros de actividades y, mientras esperamos las nuevas temporadas de nuestras series favoritas, estos programas se han vuelto un lugar de escape. Especialmente aquellos que fueron grabados hace un tiempo y nos permiten ver tiempos antes de la pandemia con nostalgia.
Como ejemplo Love is Blind y The Circle, ambos programas que, de una u otra forma, presentan formas de distanciamiento social. El primero lleva al extremo lo que ahora hacemos para conocer personas nuevas; el segundo, retrata de una manera bastante parecida un día común en confinamiento, ya que la base de comunicación es a través de pantallas. Igual podemos preguntarnos, ¿será que ahora veremos estos programas con otro tipo de empatía hacia los concursantes?
Además, algo que hace pensar es en las facilidades que representan a nivel producción. ¿Se verá más tele que solo necesite instalación de cámaras en ciertos lugares y operación a distancia para entretener a masas?
Los que aprovechan
90 day fiancé es un programa que se enfoca en parejas biculturales, sus historias de encuentros y esfuerzos para vivir en el mismo país. Ahora con el confinamiento se ha sumado una nueva variante, llamada 90 day fiancé: Self-quarantined. Ésta tomó inspiración en el encierro para ver a las parejas que han seguido de una nueva manera y con ellos como su propio equipo de grabación.
Este es solo un ejemplo de los contenidos que han decidido aprovechar lo que sucede, para darle la vuelta a programas que de por sí ya eran vistos. Seguro veremos aparecer otras formas de sacarle partido a la pandemia y encontrarle un lado más amable al confinamiento.
Estos programas siempre han sido un escape de la vida normal, presentando situaciones que salen de lo cotidiano y permiten transportar al espectador a otras realidades. Al verlos ahora, no solo vemos algo fuera de lo común, sino que apreciamos una capa extra de surrealismo al ver dinámicas que extrañamos. La simplicidad nos permite ratos de optimismo que, tal vez, ya no deberían ser vistos como gustos tan culposos.