La indulgencia infantil: pérdida de variedad en una vida hiper-vigilada

La indulgencia tuvo un comportamiento especial en los niños, quizá el grupo más afectado por la crisis. Depositarios del estrés detonado por el contexto, los niños han vivido un corte violento a su espacio para la socialización y se han quedado sin vida privada y espacios de construcción de identidad. Frente a la disminución de salidas y pretextos para la compra de impulso, los niños adaptaron sus habilidades de negociación para obtener indulgencia dentro de casa. La alimentación infantil se encuentra hiper-vigilada: los movimientos hacia la alacena se conocen y los niños deben hacer muchas negociaciones, chantajes y estrategias para obtener sus antojos. Jamás habían pasado tanto tiempo con sus padres o tutores dictando sus actividades.

En este sentido uno de los grandes temas en la agenda infantil es el lunch. Un espacio que se mantiene como una pausa a las actividades escolares, pero que pasó de ser un espacio de socialización a uno de introspección. La ausencia de compañeros con quien compartir alimentos acabó con temas clásicos como la competencia por el lunch más delicioso o los descubrimientos en la lonchera del compañero. Para muchas mamás el cambio significó una nueva oportunidad para alimentar a sus hijos de forma saludable, mientras que para otras significó liberarse de la presión de sus hijos por comprarles nuevos productos. Para los niños, el cambio significó la pérdida de un espacio de socialización y creación de identidad. 


Conoce a través de nuestra serie de entregas los temas que brotaron libremente desde la agenda de los mexicanos.