El jingle callejero responde a una tradición milenaria que aun se conserva en la cultura popular de la CDMX, este tipo de comercio está regiodo, tanto en su operación como sus permisos, por redes de poder. Son parte de la continuidad de un negocio familiar o bien siguen un modelo de negocio ya establecido.
Se dedican generalmente a dos rubros, venta de alimentos, comida tradicional y típica de la ciudad, así como servicios especializados y únicos que no se encuentran en otra parte.
El jingle callejero debe su éxito a la familiaridad de su sonido: mismo tono, misma forma, ya que a partir de la apropiación que hacen las personas de este, es que se crea una relación, se generan vínculos emocionales y afectivos alrededor del sonido de manera empírica o heredada.
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