Por Carmen Molina
Usar tácticas optimistas para atraer nuevas audiencias en tiempos de y post Covid-19 puede sonar extraño y hasta cierto punto absurdo. Sin embargo, es una buena táctica para las marcas si se aborda conscientemente y sin tratar de envolver a los consumidores en dinámicas que parezcan falsas o inapropiadas.
Usar el optimismo puede construir a una marca como sólida y aliada hasta en los peores momentos; pero hay una línea muy delgada entre usar el optimismo como herramienta y abusar de él.
La comunicación es clave
Apelar a emociones positivas no necesariamente requiere de escenarios poco factibles o irreales. Hablar del “lado positivo” de las cosas puede ser un factor de inspiración para acciones futuras. Trae consigo una sensación de confort al aludir al restablecimiento del ritmo de la vida cotidiana.
Di no a las falsedades
El peligro más grande de adoptar posturas optimistas en tiempos de incertidumbre, es caer en discursos aleccionadores que inmediatamente se perciben falsos y sin conexión con la audiencia actual. En vez de crear un puente en común con el consumidor y la marca, la hace sentir lejana y desconectada de sus verdaderas necesidades. Tener en cuenta la diferencia entre un rol protagonista y uno acompañante, es básico para lograr este match.
Enfócate en lo esencial
Más que nunca, los consumidores están buscando productos que respondan a sus necesidades y se ajusten a su nuevo presupuesto sin sentir que están haciendo un sacrificio. Es momento de agudizar los sentidos y escuchar lo que los consumidores necesitan y reclaman de sus marcas.
Recuerda que para poner en marcha cualquiera de estos esfuerzos es necesario tomar en cuenta la cultura de nuestro país. Las soluciones que funcionan en otros países no necesariamente funcionarán en el nuestro. Nuestro ADN cultural nos hace reaccionar y accionar de manera diferente. Tenerlo en cuenta es clave para lograr una verdadera conexión con el consumidor.