La #VidaFit de La Gen Z

Por María Cerdio

Los jóvenes de hoy están obsesionados con ellos mismos. Esta es la narrativa común sobre la Generación Z. Una generación que ha crecido con la tecnología y con el poder sin precedentes para generar y consumir imágenes que esta facilita.

La explosión de los «fitfluencers» y la creciente popularidad de los gimnasios boutique entre los jóvenes parecieran ser un ejemplo más de este supuesto narcisismo. Sin embargo, la Gen Z también está redefiniendo el consumo en otros sectores al exigir que las marcas y productos les aporten algo más allá de lo material. Este rechazo de lo superficial, nos sugiere que su obsesión con el fitness es más que una búsqueda del cuerpo perfecto.

Al ser la generación más activa en redes sociales, no sorprende que el torbellino de imágenes de cuerpos esculpidos, rutinas de ejercicio y dietas que reciben cada segundo influyan en sus hábitos de fitness. Un ejemplo claro es la transformación del ideal del cuerpo entre niñas: la figura esbelta popular en los 90s ha sido reemplazada por la musculatura definida de Bárbara de Regil y los glúteos pronunciados de Kylie Jenner. Esto explica, en parte, la creciente popularidad de los entrenamientos de alta intensidad entre las jóvenes.

Pero, ¿qué tienen en común los fitfluencers y los gimnasios boutique que atrae a estos consumidores? Para entender la motivación detrás de la #VidaFit, es clave recordar que el 74% prefiere invertir en experiencias que en cosas, según nuestro Sindicado de Teens. Los entrenamientos especializados y las redes sociales han logrado convertir al ejercicio intensivo en una experiencia social.

 

 

A diferencia de los gimnasios tradicionales, los gimnasios boutique como Síclo y Commando son más pequeños, lo que permite mayor interacción con los entrenadores y otros miembros. Este trato personal junto con la especialización generan un sentido de comunidad con el que los jóvenes se pueden identificar.

Además, la generación de espacios de convivencia se extiende más allá del gimnasio a través de eventos e interacción en redes que reflejan y refuerzan a la comunidad. Ejercitarse con amigos se vuelve una actividad divertida que trasciende la preocupación por el físico y los motiva a seguir participando. Probablemente es por ello que, con 84.7K seguidores en Instagram, Commando sobrepasa a Sport City (29.3K) y Sports World (38.2K) juntos.

La popularidad de los fitfluencers también radica en gran medida en su habilidad para crear comunidades. Kayla Itsines, una de las influencers más poderosas en el mundo del fitness. Cuenta con 12.2 milliones de seguidores, en su mayoría mujeres jóvenes, que asisten a eventos alrededor del mundo y comparten fotos, tips y recetas en redes.

También es importante considerar que la Gen Z está buscando productos que apoyen causas o ideales más profundos. Los fitfluencers y los gimnasios boutique más populares incorporan en su identidad de marca la aspiración del bienestar mental y espiritual además de físico, entre otros valores. Por ejemplo, Síclo ha organizado eventos que contribuyen a generar conciencia sobre el cambio climático. Es esencial que estos esfuerzos transmitan autenticidad y confianza para que sean efectivos.

 

La creciente participación del mercado juvenil en el negocio del fitness genera oportunidades para otros sectores. Tanto Síclo como Commando han colaborado con marcas como Oysho, Lululemon, H&M, Apple Music, entre otras. Además, la cultura de la #VidaFit fomenta el consumo de suplementos alimenticios y productos sanos; algunos incluso se comercializan dentro de gimnasios boutique o los promocionan influencers.

 

Si queremos aprovechar estas oportunidades, debemos desechar la percepción de vanidad de la Gen Z, para entender a profundidad su relación con el ejercicio y, más ampliamente, con su cuerpo.